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domingo, 11 de marzo de 2012

Perseguidor Abismal/Abyssal Persecutor

Perseguidor abismal es una de esas cartas que pese a ser muy poderosas solo puede brillar en el mazo adecuado.

Sus rasgos positivos saltan a la vista, es finisher o finalizador de partidas por solo 4 de coste de maná convertido. Esta carta tiene una fuerza y resistencia excelentes para acabar rápido con el rival, y algo más necesario aún en una criatura orientada a ganar partidas, evasión frente a bloqueadores. Volar junto a arrollar convierten cada ataque de Abyssal persecutor en daño casi asegurado al contrincante, muy pocas criaturas se juegan de estas dimensiones con la habilidad de volar (y difícilmente se encontrará con ellas pues se jugarán mucho más tarde) y las pequeñas no podrán posponer mucho la derrota del rival.

Esta criatura posee además otra cualidad fundamental para todo finisher (que tradicionalmente tienen que costar 6 o más de maná) ser compleja de matar, es decir, que tenga bastantes posibilidades de influir en la partida. Si la carta con la que pretendemos ganar es vulnerable a todos los removal del formato rara vez influirá en la partida, la jugaremos y la destruirán acto seguido si no contamos con más medios para protegerla. Sus dimensiones hacen que cartas como Desmembrar o Descarga de azufre no puedan acabar con ella por sí mismas, y su color lo protege frente a otras como Cuchilla fatal. Pese a estas cualidades no es capaz de protegerse contra muchos de los hechizos anti-criaturas más usados, véase Ira de Dios o Espadas en guadañas.

Observemos ahora las implicaciones de su última habilidad, la que impide ganar a su controlador y perder a sus rivales. Ningún efecto del juego podrá ocasionar que ganemos la partida o nuestro rival la pierda mientras controlemos a Perseguidor Abismal, esto significa que nuestro rival seguirá jugando aunque no tenga cartas en la biblioteca o sus vidas lleguen a 0. Pero esto no significa que no podamos seguir dañando a nuestro rival, tornando sus puntos de vida en negativos, asegurándonos de que ningún hechizo lo cure lo suficiente como para poder seguir jugando cuando este demonio se marche.

En una partida de torneo podremos seguir ganando si nuestro rival concede o si es penalizado por infracción del reglamento. En una partida de gigante de dos cabezas tu equipo no podrá ganar y ninguno de tus oponentes podrá perder.

Es importante tener en cuenta que un jugador no puede pagar más vidas de las que tiene, así que cuando Abyssal persecuter deje a -10 vidas a un rival el no podrá pagar ninguna cantidad de vida (excepto 0), lo que convierte sus tierras buscadoras en inservibles. También tendremos en consideración al jugar con esta carta que si deja el campo de batalla estando un rival a 0 o menos vidas este perderá la partida inmediatamente como una acción basada en el estado, sin que se pueda jugar o resolver ningún efecto en el espacio entre que sale Abyssal persecutor del juego y pierde ese oponente.

Es evidente que para jugar esta gran carta necesitaremos un mazo que se adapte a sus necesidades, un mazo capaz de sacarlo del campo de batalla cuando ya ha destruido al rival. Necesitaremos una gran cantidad de recursos para ello si no queremos que los rivales con vidas negativas terminen matándonos porque no seamos capaces de librarnos de nuestro Perseguidor abismal. No podemos olvidar que cualquier criatura rival lo suficientemente grande para matar a esta carta no atacará, lo que nos da un tiempo valioso para poder destruirlo nosotros mismos. Pero aún así necesitaremos una decena de cartas que puedan librarse de ella al menos para jugar una copia; y unas 18 para jugar 4 de ellas. Condenación, Veredicto de Geth, Golpe a la garganta, Terapia de la cábala, Dentro de la turbulencia, Jace, escultor mental, Efímero fluctuante, Anillo del olvido o Montes siniestros pueden ser opciones con las que eliminar a Perseguidor abismal y ganar la partida.

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