
Wrath of God nos puede proporcionar una gran ventaja de cartas, contra un mazo de criaturas rápidas puede eliminar fácilmente 5 cartas. Pero su capacidad no se queda en darnos una gran ventaja de cartas si no que barre de un plumazo todo el tempo de un rival con un mazo basado en criaturas, el rival pasa de estar a un turno de ganar la partida a no tener ninguna carta con la que hacerlo y tener que esperar a robarla.
Además acaba con las criaturas que pueden regenerarse y que parecen inmortales en los combates. Por todo ello Ira de Dios posibilita ciertas estrategias de control que sin ella serían inviables por quedar expuestas a las criaturas.
En la otra mano tenemos su obvia condición de circunstancial, ya que pierde eficacia a menor número de criaturas tenga el mazo rival y a mayor número tenga nuestro mazo. Tampoco nos será de utilidad cuando somos nosotros quienes dominamos la mesa con nuestras criaturas.
En el aspecto económico sale beneficiada por su gran número de reediciones, lo que abarata significativamente su precio.
En resumidas cuentas Ira de Dios es una tremenda arma para mazos de control frente a criaturas, situación en la que ella sola elimina la estrategia rival.
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