
Junto a la catedral de Thraben se erige un monolito de plata de proporciones gigantescas, el Helvault, donde se confinan prisioneros el arcángel Avacyn y una horda de demonios. Frente a esta enorme prisión el camino de dos mujeres se cruzará, y sus objetivos contrapuestos las enfrentarán en una batalla que determinará el futuro del plano de Innistrad.
Thalia, guardiana de Thraben, es una joven cátara que bajo juramento debe proteger el sagrado Helvault. Liliana es una caminante de planos necromante que tiene como único objetivo encontrar a un señor de los demonios y destruirlo. En Avacyn Restored no pueden triunfar ambas.
El camino de Liliana

Volpaig se negó a revelar el paradero de Griselbrand, como Liliana esperaba, lo que condujo al siguiente paso de la negociación, la tortura. El juramento del obispo de proteger a su señor cerró sus labios durante mucho tiempo, pero antes de morir cometió un error. Volpaig dijo algo con su último aliento, en un intento de acrecentar la frustración de la necromante: afirmó sonriendo que la única persona además de él que sabe la ubicación del demonio es Mikaeus, y está muerto.
Aunque Mikaeus hubiese muerto en un asedio que hordas de no muertos realizaron sobre Thraben, Liliana había obtenido una información a la que sabía sacar partido. Tras averiguar que el cuerpo del lunarca descansaba en las catacumbas bajo la catedral de Thraben, la nigromante reanimó con su magia el cadáver en descomposición del Mikaeus, y así pudo escuchar el codiciado secreto salir de sus pútridos labios. Giselbrand es prisionero en el Helvault.
Así que, alguien iba a tener que destruir esa colosal piedra.
Conflicto en el Helvault
Liliana empleó mucho de su poder en alzar un pequeño ejército de necrófagos que sembrasen el desconcierto en Thraben. Antes de que la ciudad pudiese organizar sus defensas para protegerse de los no muertos invocados por Liliana, la caminante de planos ya marchaba hacia el gran patio de la catedral donde se encontraba el Helvault. Ella se abrió paso destruyendo soldados cátaros y clérigos del lugar, y supo entonces que tomar poder de su artefacto maldito no sería la mejor estrategia para acabar con una fortaleza sagrada creada precisamente para ser inmune a la energía oscura. Pronto una idea le cruzó la mente, pero tendría que dejar a la comunidad de Avacyn hacer su parte.

Este era el momento esperado por la caminante de planos, no perdió tiempo en intervenir con un conjuro de magia negra que sumió a los soldados en una ola de paralizante dolor. Los necrófagos arrancaban la carne de sus huesos mientras los cátaros yacían indefensos bajo el Helvault, cuando Liliana pronunció su ultimátum: un hechizo que forzaría hacer una terrible elección a la guardiana de Thraben.
"O esta roca brillante es destruida, o lo son tus compatriotas", dijo ella,"la elección es tuya".
Genial, puedes poner la 2º parte cuando te enteres de como es por favor?? :DD
ResponderEliminarLa segunda parte la tendrás disponible esta tarde, gracias.
ResponderEliminarmuchas graciaaas :DDD
ResponderEliminarExelente trabajo con esta historia, Muchas gracias
ResponderEliminar