<h1>Rofellos, Emisario de Llanowar/Rofellos, Llanowar Emissary</h1>

Ningún otro color puede igualar la capacidad de producción de maná con la que cuenta el verde, Rofellos, Emisario de Llanowar es el máximo exponente de esa capacidad. Este elfo legendario puede proporcionar cantidades ingentes de maná verde sin depender de más elfos, lo que le hace único. Sacerdotisa de Titania o Archidruida élfico son capaces también de generar grandes cantidades de maná, pero se ven excluidas de cualquier mazo que no tenga una veintena de elfos. Rofellos nos permite alcanzar los 6 manás en el tercer turno, permitiéndonos jugar casi cualquier carta verde de entorno competitivo. No resulta difícil hacer esta jugada perfecta comenzando la partida con un Elfos de Llanowar o Aves del paraíso antes de sacar a Rofellos (e incluso sacar un segundo acelerador de coste 1 junto a Rofellos en el segundo turno) para poder alcanzar niveles de maná aún mayores en el tercer turno. Otra estrategia podría ser jugar esta carta de primer turno con la ayuda de Espíritu guardián élfico o Mox de cromo. En cualquiera de los casos es resultado es el mismo, poder jugar finisher poderosos en un turno muy temprano, no que no es difícil que concluya con victoria.

Otra ventaja de jugar Rofellos, Llanowar emissary es que se puede convertir en un atacante digno en algunas ocasiones. Su condición de elfo puede fortalecerlo en un mazo dedicado a este tipo de criatura, pero no necesita de un mazo especial para poder sumarse al ataque. En las situaciones donde no es necesario jugar más cartas esta carta puede hacer algo de daño si el oponente no tiene bloqueadores o, más habitualmente, si el oponente no puede permitirse el lujo de no emplear sus bloqueador/es disponible/s en los grandes amigos que acompañan a Rofellos a menudo.

No podemos olvidar que su habilidad no limita a nuestro elfo a mazos monocolores verdes, ya que aunque necesite una gran cantidad de bosques en su entorno, siempre podemos combinar fetchlands con las shocklands de Ravnica. Por ejemplo: 4 Verdant catacombs, 4 Brezal azotado por el viento y 4 Tumba cubierta de hierbas suponen una base de maná consistente para poder jugar el color negro sin mermar el potencial de Rofellos.

Su handicap de ser lengendario no tiene porque disminuir el número de copias de este en el mazo ya que con uno en el campo de batalla basta para agregar una gran cantidad de maná. Aún así no es necesario llevar 4 copias en un mazo que no gire entorno a él, ya que con aceleradores de primer turno y un playset de Cenit del sol verde será muy sencillo ponerlo en juego aunque no lo tengamos en la mano. Su sinergia con el cenit no acaban ahí, puesto que si tenemos a Rofellos, Emisario de Llanowar en juego el conjuro pasa a convertirse en la criatura verde que necesitemos para aniquilar al rival o a alguno de sus permanentes.

La principal desventaja de esta carta es su vulnerabilidad, como ocurre con todos las criaturas aceleradoras de maná. El problema no viene de que su resistencia sea 1, podría ser 2 y no mejorar prácticamente nada su supervivencia, ya que no es una criatura que vaya a morir en combate, si no bajo los anti-criaturas enemigos. Rofellos, es una amenaza a ser tratada tan pronto entra en juego, por ello todo removal disponible del rival lo tendrá como objetivo. Se puede pensar en protegerlo mediante Fuerza de voluntad, Grebas relámpago o Eladamri, señor de la frondas, pero es más sencillo dejar al rival gastar su anti-criaturas en él y que más tarde los eche en falta para las amenazas directas de nuestro mazo.